Seguimos con el repaso a Introspective.
I want a dog es una canción que ya tenían escrita y que habían publicado un año antes como cara B en el single de Rent. Solo que no tiene nada que ver una canción con la otra. En esta ocasión los PSB demuestran cómo las cosas se pueden hacer de una manera… o de otra.
A mí, la versión de la cara B de Rent siempre me pareció un tanto experimental: sonidos nuevos, ritmos extraños medio ambient, ladridos que forman parte del ritmo de la canción, maullidos… cosas raras y bromas irónicas de estos tíos. Y bueno, dentro de lo que cabe (aunque en el caso de los PSB es diferente), las caras B están para eso.
Pero la versión del Introspective es acojonante. Tiene un ritmo guapísimo, el ritmo, que con el paso de los años evolucionaría a lo que hoy conocemos como house, es impresionante. Una canción así en un álbum pop no había aparecido hasta la fecha.
Pero lo mejor de todo es la combinación de ese ritmo con dos elementos: el tumbao de teclado que tiene y, sobretodo, el solo de piano de más de un minuto que se clavan los cabronazos: desde el minuto 3 hasta pasado el 4 la canción es un espectáculo. Si lo escuchas atentamente es flipante, te envuelve, y desde ahí hasta el final de la canción ya estás contagiado del ritmo, ya es dejarte llevar.
Me encanta el final. Dejan el ritmo guapísimo y que se vaya perdiendo poco a poco, te quedas como pensando “ostia qué guapo que está este ritmo”…
Una de las maravillas que hace 20 años salieron con Introspective, y que a día de hoy sigue sonando de puta madre.
Por cierto, el perro es Booblys (el perro que tenía Chris Lowe en ese momento).
I want a dog es una canción que ya tenían escrita y que habían publicado un año antes como cara B en el single de Rent. Solo que no tiene nada que ver una canción con la otra. En esta ocasión los PSB demuestran cómo las cosas se pueden hacer de una manera… o de otra.
A mí, la versión de la cara B de Rent siempre me pareció un tanto experimental: sonidos nuevos, ritmos extraños medio ambient, ladridos que forman parte del ritmo de la canción, maullidos… cosas raras y bromas irónicas de estos tíos. Y bueno, dentro de lo que cabe (aunque en el caso de los PSB es diferente), las caras B están para eso.
Pero la versión del Introspective es acojonante. Tiene un ritmo guapísimo, el ritmo, que con el paso de los años evolucionaría a lo que hoy conocemos como house, es impresionante. Una canción así en un álbum pop no había aparecido hasta la fecha.
Pero lo mejor de todo es la combinación de ese ritmo con dos elementos: el tumbao de teclado que tiene y, sobretodo, el solo de piano de más de un minuto que se clavan los cabronazos: desde el minuto 3 hasta pasado el 4 la canción es un espectáculo. Si lo escuchas atentamente es flipante, te envuelve, y desde ahí hasta el final de la canción ya estás contagiado del ritmo, ya es dejarte llevar.
Me encanta el final. Dejan el ritmo guapísimo y que se vaya perdiendo poco a poco, te quedas como pensando “ostia qué guapo que está este ritmo”…
Una de las maravillas que hace 20 años salieron con Introspective, y que a día de hoy sigue sonando de puta madre.
Por cierto, el perro es Booblys (el perro que tenía Chris Lowe en ese momento).
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